martes, 11 de mayo de 2021

Una tacita con toda una leyenda.

 Ayer en un restaurante le daban a las mamás una tacita de regalo. Esta pequeña taza tiene una leyenda en ella.

La leyenda cuenta que Koon See, una hermosa princesa hija de un poderoso mandarín, vivía enamorada de Chang, un joven pobre que trabajaba en la servidumbre de la dinastía See y a quien conoció en uno de los jardines del palacio mandarín.

Cierto día en el que Chang y Koon See se vieron a escondidas, su padre furioso los encontró besándose, el mandarín le prohibió rotundamente volver a ver al joven plebeyo.

Para cumplir su castigo amenazó al joven con matarlo y a su hija la encerró en su habitación junto al río y mandó a construir una valla de madera para que nadie se acercara a ella. 

El mandarín comprometió a su hija en matrimonio forzado con un gobernante poderoso llamado Ta-jín.

La boda se llevaría a cabo en primavera “cuando el árbol de durazno completaría su floración” de acuerdo al mandato del padre. Era la señal de un amor prohibido que no rendiría frutos.

En su tristeza, Koon See afuera de su habitación encontró una cáscara de coco y vio que en ella había una carta con un mensaje escrito de su amado Chang en donde decía que si no la veía más, iba a suicidarse.

Koong See, la bella princesa, enseguida le contestó con la siguiente frase “la fruta que más ansias, debe ser cosechada, cuando la flor del sauce se desparrame sobre el suelo” esta era la señal que Chang estaba esperando: llevársela en el momento de la boda.

Al llegar la fecha de la boda, con todos los invitados y el gran banquete, Chang entró de incógnito robándose a Koong See.

La leyenda asegura que los amantes, -una vez que lograron cruzar el puente- pudieron refugiarse en una pequeña casita en donde nadie los pudo encontrar, para después huir en una balsa hasta una isla arbolada.

En fin la leyenda termina triste por un lado ya que el prometido de ella la busca y mata a su amado y ella termina quemada en la casa donde habían  tratado de vivir en paz. Al final las almas de los dos se convierten en aves y terminan juntos, es el último dibujo de la taza.

Lo más bonito de la taza es que además  y por si fuera poco que es blanca con un hermoso azul cobalto como la Talavera mexicana, inspirada en ella, además es en forma de un bonito corazón.

Sin duda estoy con la idea de tenerla toda.






¿Hermosa no?

Lo más bonito fue la carta de mis hijos. Escrita por Chris y con dibujos de Fanny.












3 comentarios:

Norma2 dijo...

Por lo que cuentas has pasado un hermoso día acompañada por el cariño de tus hijos.
La tacita es preciosa.
Besos

Alejandra Alejandro dijo...

Gracias Norma. Sí, lo mejor rs la compañía. 🤗

Diana Moriel dijo...

Que bonita tacita y que bonita leyenda! Me gusta la forma de corazon que tiene y tienes razon, ese tono azul hace pensar en la preciosa talavera, muero por poder algun dia traerme a mi casa un juego de te de esos de talavera, lo malo es que siempre llevamos el espacio de las maletas muy limitado.
Saludos