sábado, 30 de septiembre de 2023

Milena Jesenká.

 Leyendo el libro de las costureras de Auschwitz, me encuentro de nuevo con ambos, Milena y Kafka.

Milena fue una columnista Checoslovaca quien conoció personalmente a Kafka y desencadenó en las famosas cartas a Milena. Lamentablemente la obra de ella quedó en el cuasi olvido, pero ahora mismo estoy embelesada de saber que además de escribir sobre política, daba consejos de estilo siendo la corresponsal de moda de Viena. 

Su vida fue mucho más que moda pero sin duda, la moda tuvo mucha importancia ya que en ese entonces *la riqueza de la industria textil era dominada por capital y talento judíos* cita: Las costureras de Auschwitz. 


Me hace ruido su amor ciertamente indeciso también. Un amor inalcanzable que me deja un sabor agridulce, pero algunos ansiamos esos amores que no llegan a ser y son todo al mismo tiempo, que dominan, rasgan, perturban y sosiegan.

Que tiempos más difíciles entonces y ahora, sin embargo, se puede encontrar belleza aún.



sábado, 16 de septiembre de 2023

Tequila, no la bebida, el pueblo.

 Fuimos a Tequila.

No tenía ganas de cargar con mi cámara pero finalmente me arrepentí.

¡No importa!, a veces me está faltando el interés de cargar con ella, no tengo idea de por qué. Probablemente el hecho de estar cuidandola y lo estorboso que resulta al ir a comer, jugar o llevar de la mano a mi hija. Las prioridades en fin.

Pero saqué mi teléfono al que tampoco pensaba llevar, me gusta ser libre y no lo llevo encima digamos muy seguido o casi nunca. 

Pero, ¡ A lo que iba!, fuimos al pequeño pueblo tequilero y me quedé sorprendida de un pueblo antes de llegar llamado Amatitán que significa "junto a los amates" dónde realmente se originó el Tequila.

El tequila es una clase especial de mezcal al que también llaman vino de mezcal. Allí en Amatitán se encuentra la Hacienda San José del Refugio, una de las casas productoras más antiguas de México, ésta Hacienda fue fundada en 1820.

 Fuimos tarde así que no pudimos hacer gran cosa, ahora sabemos que para dar un buen tour hay que quedarse un fin de semana y conocer un poco más.

Así que teniendo que ir a la idea principal que era ir a Tequila y comer, llegamos a un pequeño restaurante, birria tatemada fue lo que pedí y estaba simplemente espectacular, ya eran las 3 de la tarde y había que amainar el hambre.


Había muchísima gente por las calles, gente vendiendo sombreros, raspados, dulces (cocadas), borrachitos de sabores y bebidas preparadas. Me pareció gracioso ver qué al comprar una bebida puedes venir de vuelta al local con tu jarrito y te lo rellenan a un precio preferencial por regresar, cada local tiene su estilo de jarritos diferentes como identidad, creo que nunca había visto algo así pero entendí por qué la gente cuidaba tanto sus jarritos sin que siquiera les estorbaran.


La especialidad son los cantaritos y las cazuelas voladoras. Los cantaritos son deliciosos y las cazuelas aún no las he probado. Mi cantarito está lindo, lo hicieron en alusión a la planta con la que se hace el tequila, el agave, que por cierto si se ve azul la planta y los campos.

Hay muchas esculturas hermosas, llegamos a la casa cuervo donde ofrecen el tour que hace el tren. Un hermoso cuervo de bronce negro a la entrada enmarca el lugar.


A solo una cuadra ésta hermosa figura que honra a quienes se dedican a esa labor.

Sé que me hizo falta tomar más fotografías. Pero, también los recuerdos son buenos.

Un helado de garrafa fue el postre, Ovo se llama la fruta que todos quisieron probar. Deliciosa y refrescante.

Ya era domingo así que fue un paseo corto de imágenes con personajes llenos de algarabía por las calles y gritos alegres, sonrisas y diversión. Sí claro, como no iba ser así si todos llevaban un poco de alcohol en la sangre...




jueves, 14 de septiembre de 2023

El poder de la ropa.

Estoy leyendo el libro: Las costureras de Auschwitz, a penas llevo unas 43 páginas y he encontrado muchas cosas interesantes que investigar, no me gusta quedarme con dudas, más bien, me gusta tener una imágen de lo que voy leyendo.
Lo compre en Sanborns hace días, cuando siento la necesidad de comprar revistas de moda para ver cómo van las cosas e inspirarme lo encontré, hace tiempo lo ví en internet pero Max me animó a comprarlo y fue una muy buena idea.


Sé que para mucha gente escribir en un libro es algo así como digamos una falta de respeto o no sé que les hace sentir tan incómodos con el hecho, pero para mí me recuerda las anotaciones de mi padre en sus libros, mi padre falleció cuando yo aún no cumplía ni los cinco años, fue un hueco terrible y encontrar anotaciones hechas de su propia mano fue como encontrar un tesoro.
Así que, ahora yo, voy dejando pequeñas huellas que alguien más, un día encontrará. Probablemente y con suerte mis propios hijos.

El libro habla del judaísmo de esa época las celebraciones como el Rosh Hashaná, la foto escolar era el momento en el que lucían sus mejores galas mostrando así la importancia que tenían la educación como la ropa en sus vidas. 

Actualmente una fotografía no es valorada, a menos que sea una celebración notable como bodas, las personas ya no tienen interés por la impresión de fotos. Guardan sus mejores momentos en sus teléfonos al grado que el papel y tintas de impresión son muy corrientes y las llevan a cabo máquinas automáticas expendedoras en cualquier farmacia. 

La ropa de igual forma ha perdido mucho valor cultural, cada quien se viste con lo primero que encuentra para llevar a cabo las tareas diarias, mallas casi transparentes que no dicen nada de la gente a menos claro que todo el día haga deportes. Pero no es así, probablemente es solo el grado de comodidad que les brinda.
Pero lo que no saben es que como dice en el libro los nazis usaron los uniformes, sí esos que hacían lucir guapísimos a los hombres y fueron icónicos, para "reforzar el orgullo y la identidad de grupo" (cita del libro).

En estos días mucha gente valora poco y no sabe el poder de la vestimenta, pero al mismo tiempo admiran a quienes visten bien. Pareciera una contradicción.
 El libro que no es ficción si no que, está bien documentado trata de la vida de mujeres que vivieron los horrores de el holocausto, algunas de a penas 16 años que cosieron para la élite Nazi.

No hablo más del libro que les recomiendo leer.
¿Lo más bello?
La dedicatoria.



Sigo cosiendo por cierto. Esperando mis lanas también y planeando lo que sigue. 
Saludos.