sábado, 5 de abril de 2025

Candy descansa ahora.

 El día 2 de Abril nos dejó Candy, nuestra Teckel (Dachshund) de 14 años.

Nació en Ciudad Victoria Tamaulipas un 7 de Febrero del 2011.

Era muy juguetona y tranquila, de pequeña rompía todo lo que podía como todo cachorrito pero era tranquila y muy apegada a mí, cuando la bañaba se quedaba tranquila y le gustaba que la envolviera en una toalla mientras la secaba y tenía en brazos.


Estaba tan chiquita cuando la trajo Max a casa, se la regalaron.

Es increíble como puede llegar a doler la partida de una mascota, dentro del duelo se llega a sentir culpa, si no la hubiera sacado ese día, si tan solo me hubiera dado cuenta cuando repentinamente comió algo en la calle o se lo hubiera quitado rápido, sin tan solo...surgen muchos pensamientos de "hubiera"

 Últimamente le dio por querer comer cuanta cosa encontraba, comestible por supuesto, trozos de galleta, pan, algún resto de comida que la gente va botando mientras camina, llegué a pensar que tal vez lo que comió la envenenó ya que su comportamiento cambió mucho en poco tiempo pero, Max la llevó al veterinario y el diagnóstico fue líquido en sus pulmones. Así que, a final de cuentas, la comida que llegó a encontrar y comer no fue la culpable.

Hacía unos meses la tuvo que intervenir quirúrgicamente dos veces con un mes y medio de diferencia entre las dos operaciones, el veterinario nos preguntó la edad y al saberlo nos dijo que ya solo había que mejorarle la calidad de vida por que ya estaba viejita y es que antes de la operación había dejado de caminar, se tropezaba y caía, el veterinario, quien es un amor de persona, le dio un tratamiento que, como magia, Candy volvió a caminar y salir muy contenta como si nunca hubiera tenido un problema, después le salieron unos quistes a la par de los otros síntomas como una tos extraña. Sus últimos días ya con el tratamiento para sus pulmones, no podía acostarse, pero increíblemente no lloraba. 

Fue muy difícil verla sufriendo sin quejarse, la metía a la casa y solo se quedaba allí sentada, le gustaba ver hacia afuera mientras le daba el sol en la cara y respiraba con dificultad.

He estado muy sensible y hasta me he comportado terrible con personas que quiero y aún que pido disculpas me siento peor por mi actitud. Aún estoy en el proceso en el que hablo o escribo sobre lo sucedido y lloro.

Es difícil ser tan sensible, me alegra que mis hijos lo hayan superado mejor, solo Chris si, ha necesitado de mas consuelo ya que fuimos ambos quienes estuvimos con ella el momento de su partida.

Estos días han estado acorde de lo sucedido y el viento polvoso me incomoda aún más o tal vez solo encuentro pretextos para sacar la tristeza que aún a veces es enojo.


Nos acompañaba en las vacaciones.

Una vez que fuimos a Coahuila en pleno verano Candy comió tantos duraznos como pudo del árbol de mi madre, Estefanía en ese entonces tenía 2 años y correteaba tras ella queriendo quitarle el durazno en turno, era muy divertido verlas, no sé que me impresionaba más, si la perseverancia de Fany o la paciencia de Candy.

Alguna vez que salimos de viaje llegamos a una parada en la carretera, yo la llevaba y un hombre se me acercó mucho, Candy comenzó a ladrarle y le dio un buen susto al pobre.

Fany a penas comenzaba a llevarla con su correa, aprendía mientras la paseaba por la tarde algunas veces.

Le encantaban las manzanas y la papaya.

Como la extraño ladrándole a la escoba.


1 comentario:

Diana Moriel dijo...

Lo lamento mucho, duele la partida de las mascotas porque son parte de la familia, en eso te entiendo. Un abrazo.
Besos