Acabé de leer el libro Uno entre un millón de Mónica Wood.
Es un libro que me dió un respiro sinceramente, de esos libros que hacen regresar a la realidad de la vida donde los personajes son personas comunes con vidas casi ordinarias a no ser por qué tienen un maravilloso niño con una condición especial que al parecer no ha sido diagnosticada. Me atrevería a ponerle un nombre y ese es Asperger.
Las vidas de ellos alejadas por el egoísmo probablemente, la incomprensión que nos da nuestra propia humanidad en la que la sociedad nos pide ser perfectos como si eso fuera posible.
Este libro nos da imperfecciones, arrepentimiento, reflexión y lágrimas por qué a final de cuentas nunca esperamos que aún que sea frágil, la vida de un niño termine de forma tajante y sin más, pero, la vida es vida y nunca firmamos un contrato de compra venta sobre el tiempo que llegaremos a vivirla, se puede entonces terminar cuando sea, así nos parezca cruel.
Habla de lo bello que es la amistad fraternal que no importa entre que edades sea ésta no deja de tener la misma importancia.
El final me ha dado un respiro y aún que llanto también, puedo decir que es un llanto quizá de mi propio infortunio de haber perdido un bebé al que siempre hubiera querido ver, tener, criar.
Pero la vida nos da mucho de todo y hay que aguantar la tormenta para poder ver el arcoiris.
💕
He estado enferma, una tras otra, mis niños conmigo, no he podido coser, hubo dos días en lo que estuve en cama y el dolor de cabeza cuando toso aún persiste.
Leer entonces me ha ayudado.