sábado, 12 de abril de 2025

Vestido de Fany.

 Llegó el fin de semana pasado y nos fuimos a comer a un restaurante que está salida a Chapala. 

Es un lugar tranquilo y muy acogedor a pesar de ser grande, con muchos rosales al rededor, buganvilias que adornan las paredes que rodean el estacionamiento y esculturas de burritos, es gracioso, ya que hacen alusión al platillo principal que sirven, los burritos.

Cuando vivía en Tamaulipas no los conocía con ese nombre, por allá en Ciudad Victoria les acostumbran llamar flautas, en cambio en Coahuila su nombre eran solo tacos de harina. Creo que el nombre de burritos era solamente usado en Baja California norte.

México tiene diferentes nombres para las mismas cosas por regiones y algunos platillos tienen sutiles diferencias mientras que otros son completamente diferentes como los molletes que en la mayoría de México es un pan bolillo partido a la mitad untado con frijoles y chorizo, lleva además pico de gallo (una salsa de tomate, chile y cebolla curada con limón) y queso, siendo que en Coahuila, los molletes son un pan dulce con un delicado sabor a anís delicioso para postre.

Extraño los molletes, la última vez que fuimos a Coahuila no hubo en ningún lugar aun que yo, sinceramente, quería de una panadería que está cerca de la casa de una tía, esos son mis favoritos, esa semana fue un completo desastre para ir de turista, casi todo estaba cerrado y solo estuvimos dando vueltas de oquis. Así pasa algunas veces.

En fin que a lo que había venido en esta ocasión es a mostrarles como quedó el vestido de Fany al que le puse el cuellito de organdí bordado con smock.


La tela es de algodón 100% y es tan delicada y ligera que creí sería una pesadilla al sentarse ya que muchas telas tienden a arrugarse y quedar marcadas pero, así como la tela tiene una caída y cuerpo increíbles continuó de la misma forma aún al salir del cine en la noche. 
El cuello en organdí fue un acierto. Cuando lo plisé y terminé de bordar la parte de atrás, me aseguré de hacerlo de forma mas bien suelta, a veces tiendo a apretar las puntadas pero, de forma increíble cuando comenzamos a relajarnos en la vida, las cosas que hacemos, también cambian para bien. 

Así que con un poco de estrés fui a planchar la pieza de tela y al momento, tal como yo, se relajó y quedó del tamaño exacto del cuello, me sentí maravillada y tan feliz que seguí bordando con calma preguntando a Fany por la combinación de los colores y así quedó.

Me gusta que opine sobre las cosas que le hago y ella es asertiva y otras veces me da risa su forma tan clara de decir las cosas como un top que le estaba tejiendo y al final no me convencía, le pregunté con duda si le gustaba y ella me dijo pensando y haciendo un gesto de disgusto un no definitivo.
M encanta que me diga lo que piensa con sinceridad.
Los botones son de concha nácar. Amo los tejidos y botones naturales.



Siento que le falta un hermoso listón pero debo buscarlo con calma y como ya comenzaron las vacaciones va a ser un momento divertido para mi ir a las mercerías. Algo así como en la película Orgullo y Prejuicio. 
Después de todo si a ella le encantan como a mí y tiene 8 años hay que aprovechar el tiempo que se pueda.
Unos días antes fui al curso de Fany y me senté en una bonita rotonda y en ese momento en la iglesia había una boda. Fue una bonita postal además de curiosa.

Ahora cuando voy al curso de Fany tengo cada Viernes un bonito desfile de modas.

Los novios:


Invitados...

Feliz fin de Semana.


💓💕💝

sábado, 5 de abril de 2025

Candy descansa ahora.

 El día 2 de Abril nos dejó Candy, nuestra Teckel (Dachshund) de 14 años.

Nació en Ciudad Victoria Tamaulipas un 7 de Febrero del 2011.

Era muy juguetona y tranquila, de pequeña rompía todo lo que podía como todo cachorrito pero era tranquila y muy apegada a mí, cuando la bañaba se quedaba tranquila y le gustaba que la envolviera en una toalla mientras la secaba y tenía en brazos.


Estaba tan chiquita cuando la trajo Max a casa, se la regalaron.

Es increíble como puede llegar a doler la partida de una mascota, dentro del duelo se llega a sentir culpa, si no la hubiera sacado ese día, si tan solo me hubiera dado cuenta cuando repentinamente comió algo en la calle o se lo hubiera quitado rápido, sin tan solo...surgen muchos pensamientos de "hubiera"

 Últimamente le dio por querer comer cuanta cosa encontraba, comestible por supuesto, trozos de galleta, pan, algún resto de comida que la gente va botando mientras camina, llegué a pensar que tal vez lo que comió la envenenó ya que su comportamiento cambió mucho en poco tiempo pero, Max la llevó al veterinario y el diagnóstico fue líquido en sus pulmones. Así que, a final de cuentas, la comida que llegó a encontrar y comer no fue la culpable.

Hacía unos meses la tuvo que intervenir quirúrgicamente dos veces con un mes y medio de diferencia entre las dos operaciones, el veterinario nos preguntó la edad y al saberlo nos dijo que ya solo había que mejorarle la calidad de vida por que ya estaba viejita y es que antes de la operación había dejado de caminar, se tropezaba y caía, el veterinario, quien es un amor de persona, le dio un tratamiento que, como magia, Candy volvió a caminar y salir muy contenta como si nunca hubiera tenido un problema, después le salieron unos quistes a la par de los otros síntomas como una tos extraña. Sus últimos días ya con el tratamiento para sus pulmones, no podía acostarse, pero increíblemente no lloraba. 

Fue muy difícil verla sufriendo sin quejarse, la metía a la casa y solo se quedaba allí sentada, le gustaba ver hacia afuera mientras le daba el sol en la cara y respiraba con dificultad.

He estado muy sensible y hasta me he comportado terrible con personas que quiero y aún que pido disculpas me siento peor por mi actitud. Aún estoy en el proceso en el que hablo o escribo sobre lo sucedido y lloro.

Es difícil ser tan sensible, me alegra que mis hijos lo hayan superado mejor, solo Chris si, ha necesitado de mas consuelo ya que fuimos ambos quienes estuvimos con ella el momento de su partida.

Estos días han estado acorde de lo sucedido y el viento polvoso me incomoda aún más o tal vez solo encuentro pretextos para sacar la tristeza que aún a veces es enojo.


Nos acompañaba en las vacaciones.

Una vez que fuimos a Coahuila en pleno verano Candy comió tantos duraznos como pudo del árbol de mi madre, Estefanía en ese entonces tenía 2 años y correteaba tras ella queriendo quitarle el durazno en turno, era muy divertido verlas, no sé que me impresionaba más, si la perseverancia de Fany o la paciencia de Candy.

Alguna vez que salimos de viaje llegamos a una parada en la carretera, yo la llevaba y un hombre se me acercó mucho, Candy comenzó a ladrarle y le dio un buen susto al pobre.

Fany a penas comenzaba a llevarla con su correa, aprendía mientras la paseaba por la tarde algunas veces.

Le encantaban las manzanas y la papaya.

Como la extraño ladrándole a la escoba.